Mi sobrino cumplió dos años en agosto. Pasé un tiempo dándole vueltas a qué regalarle. Alucino con la cantidad de regalos que reciben los niños (y no tan niños): un montón de juguetes, ropa que a veces no da tiempo ni a ponerles... Nos hemos acostumbrado a tener muchas más cosas de las que necesitamos, y creo que tenemos que recuperar el valor real de los objetos, consumir menos y de manera más responsable; y por eso le doy tantas vueltas a los regalos, porque espero poder dar algo útil, y a ser posible que la persona necesite.
Como en casa del cumpleañero hay suelos de madera, que son mucho más calentitos que los míos de mármol, y me había dicho un pajarito que necesitaba zapatillas de estar por casa para el invierno, decidí hacerle unos patucos. Y como además es súper fan de Los tres cerditos, pensé que no iban a ser unos patucos cualquiera, iban a tener cara de cerditos. Una vez acabados, vimos que también servían de marioneta, así que son multiusos, jajaja... Me han dicho sus papás que se lo pasa bomba, que lo mismo los lleva puestos que se los quita y juega con ellos.
Con niños de esa edad, que andan, corren y casi vuelan, a los patucos hay que ponerles suela. Lo digo por si os animáis a hacer algo parecido. Yo usé goma eva (la usan en los coles para hacer manualidades, y la venden en las papelerías). Esto es muy importante, porque la lana, acrílico y demás resbalan que no veas. Y ojo también si tenéis suelos fríos, mejor dejar los patucos para superficies más cálidas.
Que paséis un feliz puente (los que lo tengáis) :)
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